La evolución de la humanidad pasa inexorablemente por el apoyo e impulso mutuo entre hombres y mujeres para descargar y asentar el nuevo paradigma.
Ambos estamos en crecimiento constante y hay algunas bases que ya están asentando. Sin embargo hay otras que estamos creando.
En esta primera parte, hablaremos del momento del hombre y la importancia de al actitud en la mujer para favorecer este proceso.
Como ya hemos hablado otras veces, en la actualidad carecemos de referentes válidos y necesitamos re-crearnos. Cooperemos pues desde la conexión del corazón, la visión certera y la liberación auténtica del pasado y el dolor.
Los hombres que ya han realizado cierto recorrido, ya han re-conectado con su esencia femenina que les había sido negada. Ahora muchos están en un exceso de femenino que tampoco les resulta confortable o completo pues no es orgánico. Ahora, la clave está en volver a conectar con su sagrado masculino pero no para repetir el viejo paradigma, sino para crear nuevos escenarios equilibrados.
Para ello el hombre necesita experimentar, descubrir, crear y definir dichos escenarios.
Es fundamental que desde el sagrado femenino se apoye este laboratorio de experimentación donde el hombre pueda desplegar las diferentes cualidades de su esencia sintiéndose acogido por las mujeres.
Es posible que no comprendamos bien, o que algunas formas no se ajusten a lo que queremos o esperamos, pero no es resultado final.
Para que el hombre consolide la base de esta nueva evolución tiene que probar, sentirse, y establecerse donde sienta su nuevo lugar. Este proceso puede llevar algún tiempo, pero es un espacio vivo donde tod@s crecemos, nos vemos, y vamos liberando las viejas heridas para vivir por fin en ligereza las relaciones, y permitir la auténtica manifestación unidos.
Como mujer puedes favorecer ese espacio para que el hombre se exprese. Ya sé que ha costado mucho recuperar y llegar hasta el momento actual de la mujer, y que aún queda mucho por conquistar, pero tal vez, conectar con nuestra esencia que acoge, nutre y sostiene merece la alegría. No se trata de maternar o ver al hombre desde la condescendencia. Queremos seres libres, autónomos y maduros, cada un@ se hace cargo de su mochila. Se trata de favorecer con nuestra esencia creadora el proceso.
Es tiempo de dejar atrás el dolor.
En esa conquista la mujer ha tomado un espacio extra desde su masculino pues era necesario. Pero ya es posible ir al centro. Dejar espacio al hombre para que pueda hacer eso que reclamamos. Dejemos sitio para que manifiesten su iniciativa, su presencia, y su capacidad protectora (no paternalista ojo!!). Confiemos y abrámosnos a todo eso precioso que tienen para nosotras. Pasó el tiempo de estar alerta, llegó el tiempo de la entrega y la confianza.
Si.. ya sé.. el desequilibrio, las injusticias, las mujeres maltratadas, el patriarcado.. si..si.. me lo sé.. pero también sé que eso se está diluyendo. También sé que el nuevo paradigma se toca, y desde luego sé donde yo decido poner el foco, pues sé que realidad voy a colapsar. Ya hay mucho activismo por otro lado. Mi labor y mi mensaje es este, y todo es complementario. Hay muchos matices en cada realidad.
Recuerdo una frase de uno de los hombres en un taller de comprendiendo a la mujer: “Algunos hombres hemos tratado bien a las mujeres”.. Algunos no.. muchos!!! y esa es una realidad que también existe, y que merece ser resaltada. Ya sabes, donde pones el foco, pones el crecimiento.
Tampoco me refiero a que la mujer deje espacio perdiendo lo que ha conquistado, claro que no. Pero hay formas de avanzar en derechos desde lo constructivo y el “todos”. Yo al menos, me bajo de las guerras. Creo profundamente en la cooperación, y tengo el privilegio de conocer muchos hombres maravillosos que están creando este nuevo paradigma, y desde mi agradecimiento sincero, como mujer, les honro y reconozco.
Cuanto más esté la mujer en su esencia femenina, más estará el hombre en su masculina.
Reconocer las cualidades y potenciales que cada sexo ofrece es saber ver la riqueza escondida en la maleza, saber apostar por las semillas brillantes. Y para eso hay que tomar tierra. Sembrar, cultivar y agradecer con la alegría del “TOD@S” desde la conciencia y el trabajo del uno, como seres cooperando para el bien común, convertirnos en abeja que liba para la comunidad, si es bueno para lo colectivo, es bueno para ti.
Levantemos la mirada más allá del ombligo, miremos hacia el horizonte y saboreemos el aroma previo al amanecer.
Aprovechemos los tiempos de creación para reajustarnos individualmente, para liberar la mochila personal con amor y paciencia. Pues cada paso que tu das hacia una relación sagrada es un paso para toda la humanidad.
El hombre global es complejo, lleno de matices, colores hasta ahora negados, olores rescatados de los tiempos más antiguos, sonidos nuevos de los confines del Universo. Tanta riqueza, tanto potencial, tanta energía desplegándose.. Y los hombres y mujeres que hoy habitamos la tierra tenemos el regalo de ser creadores en primera persona de esta nuevo ser. Un gran privilegio, la gran oportunidad. Tal vez merezca la alegría sacudir el dolor, el ego, y el miedo para vivirlo de la forma más auténtica.
Sonia Sedna